Nuestro Beato


  • HISTORIA


  • Sabemos que fue realizado, a petición del Abad del Monasterio leonés de San Miguel de Escalada, por el "archipictor" Magius, cuyo nombre aparece por dos veces citado, una en el extenso colofón y otra al final del texto. Se cuestiona su datación, ya que la mayoría de autores la sitúa en el año 922, mientras Camón Aznar propone el 958 y según John Williams, que ha hecho en los últimos años un estudio detenido del mismo, lo cree del 945. También existe una cierta controversia sobre su scriptorium de procedencia ya queLa segunda trompeta aunque inicialmente se pensaba que su origen era San Miguel de Escalada, lo más probable es que Magius, que normalmente trabajó en San Salvador de Tábara, donde murió y fue enterrado en el año 968, lo confeccionara en este monasterio.
    Este Beato estuvo en San Miguel de Escalada al menos hasta el siglo XIV. Reaparece en el siglo XVI en manos del Arzobispo de Valencia, Martín Perez de Ayala, que a su muerte en 1566 legó el manuscrito a la orden militar de Santiago en su residencia maestral de Uclés. Allí continuó hasta 1837, cuando se desamortizaron los bienes de la iglesia en España. Hacia 1840 un comerciante llamado Roberto Frasineli lo cede a cambio de un reloj de plata antiguo a Francique Michel, que más tarde en 1847, lo vende al coleccionista de manuscritos Guillermo Libri-Carrucci, que por esas mismas fechas había escamoteado en Francia el Pentateuco de Tours y, antes de 1852, lo vendió también al Conde de Ashburnham. En mayo de 1897 lo adquirió el coleccionista Henry Yates Thompson, de Londres, y en la venta que celebra el 3 de junio de 1919 es adquirido en el lote 21, por el intermediario Quartich, para la biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York.

  • DESCRIPCIÓN

  • Magius con este manuscrito inicia el segundo estilo pictórico de los Beatos, que con el de Tábara, creado por Munnio en un monasterio desconocido, son las dos obras de arte más significativas de esta serie, que también incluyeSe ordena a los ángeles de la plagas que derramen las copas códices de tanto interés como los Beatos de Valcavado, de la Catedral de Gerona y de la Seo de Urgell. Además, el Beato de Tábara incluye al final dos folios que nos permiten saber que hubo otro Beato, comenzado también por Magius, aunque murió en el año 968 sin terminarlo por lo que fue acabado por Emeterio y la monja Ende dos años más tarde, y del que sólo se han conservado esos dos folios.
    En esta serie cambia por completo no sólo la utilización del color y del espacio habituales hasta entonces en los beatos, sino también el tipo de colorantes utilizados, que dejan de ser a base de pinturas al agua y se empiezan a utilizar, sobre un fondo a menudo barnizado a la cera, colores ligados mediante nuevos elementos como huevo, miel o cola, que transfiguran los colores naturales generando amplias veladuras y mejorando de forma significativa la calidad del conjunto, a la vez que ofrecen una gran armonía cromática a base de coloridos sutiles y un vivo refinamiento cromático mediante la yuxtaposición de tonos vivos en contraste. Además aparecen las miniaturas que ocupan doble página, algo muy raro en la versión ilustrada anterior.
    Pero además toda esta técnica se aplica en un nuevo espacio pictórico, dispuesto en bandas de espesor irregular con figuras sin perspectiva ni tercera dimensión, debido al escaso interés de Magius en reflejar la realidad, cuyo objetivo es generar un entorno espiritual, como en una especie de surrealismo religioso, totalmente adecuado para el mensaje que pretende transmitir Beato en su Comentario del Apocalipsis.
    El resultado demuestra la madurez alcanzada a mediados del siglo X por la miniatura hispánica, que no puede ser más que consecuencia de una tradición de más de trescientos años -al menos desde el scriptorium de Carta a la Iglesia de TiatiraSevilla en tiempos de San Isidoro- a lo largo de la cual se han ido añadiendo, dentro de un espíritu ecléctico que permitía absorber, de acuerdo con los gustos de cada artista, las diferentes influencias que iban apareciendo en su entorno. Gracias a esa facilidad de integración de cualquier corriente artística que se heredó de la época visigoda, los diferentes autores que lo han estudiado han podido encontrar en nuestro beato desde reminiscencias paleocristianas, visigodas, coptas y norteafricanas, hasta elementos nórdicos, irlandeses, carolingios y multitud de reflejos islámicos, además, por supuesto, de su relación con la miniatura mozárabe anterior.
    En cuanto al contenido, se ha atribuido a Magius una serie de nuevas imágenes para "anunciar el juicio tremendo que espera al mundo y para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu", como él mismo nos explica en el colofón de la obra. Estas imágenes, que pasaron a formar parte de los beatos posteriores al de San Miguel de Escalada, incluyen entre otras los retratos de los Evangelistas y las tablas genealógicas inexistentes en los manuscritos de la rama I y además se añade el Comentario ilustrado al Libro de Daniel.

  • CONCLUSIONES

  • Tanto por su calidad, como por el magnífico estado de conservación en que ha llegado hasta nosotros, pero sobre todo por los cambios estilísticos y de contenido que aporta, por la explicación que sobre los mismos ofrece Magius y por la influencia que ejercieron en los manuscritos posteriores, el Beato de San Miguel de Escalada es El Cordero del Monte Sión y los castos. Detalleun códice fundamental para conocer la historia y las características de la miniatura altomedieval española, ya que permite obtener una serie de conclusiones que consideramos de gran interés.
    • Parece razonable descartar la posibilidad de que una obra de la calidad y la madurez del Beato de Escalada fuera confeccionado en el año 922, ya que Magius en esa época debía ser muy joven pues murió en el 968 y suponemos que una edad no muy longeva, ya que en esas fechas seguía trabajando en un códice de la importancia del Beato de Tábara.
    • Aunque en su momento se pensó que este manuscrito fuera el origen de todos las versiones miniadas del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, el descubrimiento de la hoja del Beato de Cirueña en Silos demuestra la existencia de versiones miniadas muy anteriores. Además, si aceptamos su datación posterior al 940, resulta también más antiguo el Beato Emilianense de la Biblioteca Nacional de Madrid, de técnica mucho más primitiva.
    • Magius nos informa de que ha añadido nuevas imágenes, lo que demuestra de que partía de un Beato anterior de la segunda versión textual que no conocemos y que ya incluía miniaturas. Por otro lado, las miniaturas de este códice contienen leyendas que no corresponden a los textos del Comentario, sino a manuscritos anteriores, ya en desuso en el siglo X pero que sabemos que fueron utilizadas por Beato para escribirlo. Permite replantearse la posibilidad de que los comentarios originales de Beato de Liébana estuvieran ya iluminados y que, al menos esa segunda versión textual, fuera utilizada por Magius, conservando en las imágenes las mismas leyendas que existían en el original.
    • Aunque es seguro que se escribiera para San Miguel de Escalada, ya que está dedicado a San Miguel y porque alguna nota marginal así lo indica, no parece probable que se realizara en este monasterio del que no consta que dispusiera de un scriptorium, mientras que el de Tábara, donde sabemos que trabajaba Magius habitualmente, contaba con todos los medios, hasta el punto de que en la famosa miniatura de su torre -que hemos convertido en nuestro anagrama - se puede ver a los monjes trabajando en su scriptorium
    BIBLIOGRAFÍA
    Historia de España de Menéndez Pidal: Tomos VI y VII*
    SUMMA ARTIS: Tomos VIII y XXII
    L'Art Préroman Hispanique: ZODIAQUE
    Arte y Arquitectura española 500/1250: Joaquín Yarza
    El Beato de San Miguel de Escalada: John Willians; Vicente García Lobo (Editorial Casariego, S.A.)